Como todo el mundo sabe, visitar una ciudad teniendo anfitriones es un lujo. Beneficio del que he disfrutado con Jorge, Euge y Carola. Me han dejado compartir sus costumbres, algunas de sus aficiones y han tenido la paciencia de soportar mis insistentes preguntas. Sus respuestas forman parte de estos apuntes, aunque no se les puede culpar de las inexactitudes que pueda haber transmitido, fruto de mi acercamiento apasionado, sí, pero apresurado.
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