

Primero, un saludo a los presentes. Quienes quiera que sean. Soy un animal poco poco tecnológico y nada nada paciente con los artilugios informáticos, pero Máximo (seguro que saldrá más veces en esta bitácora) me instó a ponerme al día. Dado que mi periplo pretende pasar por Chile (su país natal) tiene lógica recurrir a las herramientas de nuestro tiempo para hacer partícipe a familiares y amigos de lo que uno va viviendo. Y de paso tranquilizar periódicamente a la causa parental, siempre tan sacrificada. Así que aquí estoy poniendo en circulación este Blog. Añado que las expresiones de cariño y admiración serán bienvenidas.
Ríos y carreteras
El asunto del título. Claudio Magris escribió un libro muy recomendable sobre Europa, en el que explora su Historia cambiante (de territorios cristianos primero, y luego musulmanes, y vuelta a empezar; de naciones englobadas en un país antes, y en el del vecino después, según conviniera a la fuerza hegemónica del momento). Se llama El Danubio, como el río que recorre 2.888 kilómetros del continente. Magris sigue su curso desde sus fuentes en la Selva Negra, hasta su desembocadura en el Mar Negro; pasando por Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Rumania, Bulgaria, Moldavia y Ucrania. Su erudición es admirable, ya que le permite descifrar en cada cosa que ve un detalle significativo. Personalmente, me atrae tanto como esto, su capacidad para descubrir no ya la historia de otros, sino la suya propia. El Danubio es su espejo para reconocerse. Cada paso que da es una oportunidad para topar consigo mismo.
Creo que si uno tiene cierta curiosidad en lo ajeno puede tener una sensación parecida a la de Magris en lo propio, siempre que su viaje le cambie de contexto.
El mío me lleva a América del Sur, donde nunca he estado. ¿Cuál podía ser El Danubio allí? Me acuerdo de una letra de Manu Chao sobre la Panamericana. Una ruta o conjunto de carreteras de 48.000 kilómetros, que une Alaska con la Patagonia y que los países americanos acordaron realizar en una conferencia internacional en 1923. Intuyo que Manu Chao pensó en Ernesto Guevara. Veo, entonces, la película de Walter Salles Diarios de motocicleta, sobre el recorrido en moto del Che por el continente en 1952, junto a Alberto Granado. Ellos salieron de Buenos Aires con destino a Venezuela, más de 10.000 kilómetros de distancia. Sobra contar lo que pasó después.
El título de este blog era originariamente "Experiencia panamericana", por emular los dos casos descritos, pero, cuando ya estaba registrado como dirección, me pareció demasiado grande, demasiado pretencioso. De hecho, me angustié por compararme con referencias de otra magnitud diferente a la mía. De ahí el remedo de "Experiencia panamericana pequeñita".
Sobre todo, quiero pasármelo bien. Ni más ni menos. Y contarlo.
Espero que tengas el mejor viaje de tu vida y para ello te envio un sonetos del Ilustre español Alonso de Ercilla que dice:
ResponderEliminarChile, fértil provincia y señalada
en la región antártica famosa,
de remotas naciones respetada
por fuerte, principal y poderosa;
la gente que produce es tan granada,
tan soberbia, gallarda y belicosa,
que no ha sido por rey jamás regida
ni a extranjero dominio sometida.
Es Chile norte sur de gran longura,
costa del nuevo mar, del Sur llamado,
tendrá del leste a oeste de angostura
cien millas, por lo más ancho tomado;
bajo del polo Antártico en altura
de veinte y siete grados, prolongado
hasta do el mar Océano y chileno
mezclan sus aguas por angosto seno.
Buen viaje...