martes, 22 de diciembre de 2009

AR 1132

Esta noche vuelvo a casa. Con el cambio de huso horario y los dos aviones, a Madrid, y de ahí, a Gran Canaria, tardaré como un día en llegar. El blog, sin embargo, no termina aún. Me faltan dos entradas más por publicar. Entonces sí creo que el relato estará completo. Estas últimas seis jornadas en Buenos Aires han sido extrañas. Para empezar, mis amigos Euge, Carola y Jorge se marcharon a Venezuela de vacaciones veraniegas y sólo alcanzamos a despedirnos la víspera de su partida. Mi primera estancia en Capital Federal estuvo guiada por ellos, así que he sentido que la ciudad era otra. No obstante, es cierto que me he encontrado con Santiago (el protagonista de "Fuego" y "Asado") y con algunas otras personas.
Fundamentalmente, me debo referir a Manuel Palacio y a su mujer, Suzanne. Mi jefe en la universidad Carlos III ha pasado unas semanas en una estancia investigadora aquí. Ha sido curioso descubrir el efecto de ver una cara cotidiana en un lugar que no lo es. Al menos no en un sentido práctico, que, para mí, se traduce en saber a donde llevan las calles. Andar consultando el mapa es justo lo contrario. De la mano de Manuel, y por su interés académico, visité la ex ESMA (o Escuela Superior de Mecánica de la Armada), el peor centro de detención y tortura de los "desaparecidos" por las Juntas Militares en los 70 y 80. No es un sitio de peregrinaje de turistas, aunque sin duda esta lleno de Historia.
También contacté con Babsi y Christa, austriacas ambas, residentes en Buenos Aires desde hace 3 años y 1 año, respectivamente. Son amigas de Guido y Hugo, de cuando estudiaron en Madrid. Sólo las recuerdo de un encuentro, pero me hacía ilusión dar con ellas. Para hacerme una idea de cómo iban sus vidas. Precisamente, Babsi estrenaba un corto documental titulado Villa Freud que trataba de esto. Su argumento traza un recorrido personal, desde su decisión de dejar Viena buscando nuevos estímulos, hasta su sorpresa por descubrir la influencia de un paisano suyo, Sigmund el psicoanalista, en la sociedad porteña. En su trabajo hay una indagación sobre sí misma y los signos que su bagaje le permite interpretar. Con Christa tuve una conversación un poco más larga, que se resume en la idea de que el espíritu de Buenos Aires es valioso cuando se está en un proceso de autoindagación. En cierta manera las considero viajeras también.
No pude coincidir con Susan, la suiza de Iruya, por sus compromisos, ni con Maider, la donostiarra de mi primera etapa en Buenos Aires e Iguazú, por continuar en la ruta. Habrá que esperar a otra mejor ocasión.
Mi medido extrañamiento en esta segunda etapa se ha visto potenciado porque decidí alojarme en un barrio diferente. Al principio fue Palermo, mientras que ahora ha sido San Telmo. Elección premeditada bajo el propósito de agotar mi experiencia panamericana. Sin embargo, las referencias anteriores no me han servido de mucho y, como el periplo estaba casi en su fin, me ha dado mucha pereza moverme. Lo he hecho, pero a un ritmo pausado. El propio hostel ha resultado ser un centro interesante para esta fase postrera. Podría calificarlo de cementerio de elefantes. Donde se viene a morir como pasajero de la carretera. Tu turno se acerca cuando asistes a la despedida de la israelí que andaba sola (y que se ofendió al comentárselo, "estoy harta de que me lo digan"). O de la profesora de yoga sudafricana, que expresa sus ganas de volver después de un año. Y al consultarle por lo que haría al llegar, entiende la pregunta en clave definitiva, como si le estuviera interrogando por el resto de su vida (no era mi intención), soltando un suspiro. Tras un año en suspenso tendrá que tomar decisiones.
Sí, este hostel no es para los que siguen en curso. No se puede negar su comodidad y su relación calidad-precio, pero le falta un poco más de trasiego. Es pequeño y cuando se viaja solo se necesita que el entorno te favorezca contactar con gente. No es el caso. Dos chicas distintas lo dejaron por este motivo. Cuestión de supervivencia.

2 comentarios:

  1. Que pasa con los post que faltan...
    Canario despierta que ya has llegado ¡¡¡COÑO!!!

    Saludos

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  2. ivan!
    ya debe haber terminado tu gira, y me imagino ya debés estar de vuelta en tu casa.
    espero que haya sido una experiencia maravillosa.
    te deseo unas felices fiestas!

    besos y abrazos!

    belen (la chica del colectivo) jaja

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